El ser humano es una casa de huéspedes.
Cada mañana una nueva entrada.
Una alegría, una tristeza, una maldad,
cierta conciencia momentánea llega
como un visitante inesperado.
¡Dales la bienvenida y recíbelos a todos!
Incluso si fueran una muchedumbre de lamentos,
que vacían tu casa con violencia,
aún así, trata a cada huésped con honor.
Puede estar preparándote
para una nueva delicia.
Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia,
recíbelos sonriente en la puerta e invítalos a entrar.
Sé agradecido con quien quiera que venga
porque cada uno ha sido enviado
como un guía del más allá.
Rumi
Sabiduría antigua, ignorancia actual. Redescubrimiento con el nombre de «mindfulness» o atención plena.
En el camino del tao y un poco más alejado de la ansiedad y el sufrimiento.
Seguirán llegando a diario: nuevas alegrías, nuevas tristezas, nuevas cuitas. Volverán también los huespedes habituales, los ocasionales…
La invitación es a mantener nuestra casa limpia y acogedora, a ofrecer hospitalidad.
Ellas y ellos seguiran su camino, inevitablemente. La huella de su estada en nuestra casa nos pertenece, nos enriquece, en todos los casos.
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