¿Quién creó el mundo?
¿Quién dio forma al cisne, al oso negro?
¿Quién hizo al saltamontes?
Me refiero a este saltamontes,
el que acaba de saltar en la hierba,
el que ahora come azúcar de mi mano,
el que mueve las fauces de atrás para adelante y no de arriba abajo,
el que mira a su alrededor con enormes ojos complicados.
Ahora levanta una de sus patas y se lava la cara cuidadosamente.
Ahora de pronto abre sus alas y se va flotando.
Yo no sé con certeza lo que es una oración.
Sin embargo sé prestar atención
y sé cómo caer sobre la hierba,
cómo arrodillarme en la hierba,
cómo ser bendita y perezosa,
cómo andar por el campo,
que es lo que llevo haciendo todo el día.
Dime, ¿qué más debería haber hecho?
¿No es verdad que todo al final se muere, y tan pronto?
Dime, ¿qué planeas hacer con tu preciosa, salvaje, única, vida?
Versión propia a partir de la traducción de Daniel Pupko
Controvertido poema, insulso, simplón y falto de ritmo para unos; evocador, reflexivo, emocionante para otros, para mí.
Habla sobre la importancia del momento, del presente como el único tiempo para la acción, como el único espacio donde ocurre la vida.
Habla sobre la fugacidad, sobre el caracter transitorio de las cosas, sobre aprovechar el instante. El saltamontes puede volver a saltar en cualquier momento, volar, irse, seguir su camino.
Vivir el momento, pero siendo, manteniendo nuestra estructura, teniendo un plan, sabiendo lo que queremos.
El movimiento del saltamontes, el sonido del violín en el metro de Nueva York, la composición al subir la escalera-piano del metro de Estocolmo, instantes, regalos, gajes del oficio de vivir.
Tal vez desde la infancia, o desde la primera adolescencia, no hemos vuelto a tener contacto con este tipo de animales. Tal vez el poema nos lleve atrás en el tiempo, a aquellos años en que veíamos, que observábamos, a los saltamontes.
Pienso que el tiempo que dedicamos a sentir la vida a nuestro alrededor es tiempo bien empleado.
¿Puedes oir el sonido de las alas, apreciar la brisa en tu mano, cuando se va volando?
Tan simple y tan dificil, tan cerca y tan lejos. El instante, el saber saltar como el saltamontes, por el simple hecho de saltar . El gozar de todo lo que tenemos alrededor, sin mas preambulos que el gozo mismo.
Sentir, y vivir, emplear el tiempo en ello, es el mismo tiempo en el aqui y ahora, que mayor sorpresa que viendonos observando el viento como mece la hierba en el valle. Es un tiempo provechoso, porque es un tiempo que no equivale mas a lo que sentimos y vivimos en ese momento. El mismo tiempo nos condiciona nos margina a ser relojes andantes, paremonos y miremos, observemos, disfrutemos como el saltamontes, seamos el saltamontes meciendose en la hierba.
Un saludo saltarín de saltamontes.
Silver
Tiempo para vivir, tiempo para sentir la vida a nuestro alrededor, tiempo provechoso, sin duda.
Gracias por la visita saltamontes saltarín.
Un saludo
So beautiful,so simple…
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