No os atengáis a lo que sabéis por haber escuchado repetidamente; o lo que es tradición; o lo que es rumor; o lo que está en escrituras; o lo que es conjetura; o lo que es axioma; o al falso razonamiento; o al prejuicio; o lo que parece ser la habilidad de otros; o al pensamiento: “Este monje es nuestro maestro”… Cuando por vosotros mismos sepáis: “Estas cosas son malas; estas, censurables; estas, censuradas por los sabios; cuando se emprenden y se siguen, estas cosas conducen al dolor y al infortunio”, entonces abandonadlas. Buda Mariano Veloy – Las oraciones más bellas del mundo
Todo lo contrario a este acto de no pensar llamado fe. Toda una invitación al cuestionamiento, a la reflexión, una vacuna contra las creencias sin sentido. Pienso que tenemos la obligación de tratar de entender porque hacemos las cosas, que no vale aferrarse a los socorridos: “siempre ha sido así”, “los demás también lo hacen”… o incluso, a los: “yo soy así”.
No te aferres a tus viejas ideas; no persigas la fantasía de lo nuevo; indaga en tu interior con sinceridad y sin condiciones; indaga y reflexiona, reflexiona e indaga… Daigu Ryokan Mariano Veloy – Las oraciones más bellas del mundo
De nuevo Yamamoto (o Daigu) Ryôkan ese monje ermitaño japonés que vivió entre los siglos XVIII i XIX y que se dedicó a la meditación y a la poesía.
Pienso que este trabajo de indagación es insustibuible, que tenemos que intentar conocernos a nosotros mismos, que este conocimiento nos puede proporcionar serenidad, estructura, que es un antídoto contra el viaje a la deriva, contra la pérdida del rumbo, contra el estar a merced del viento, contra el ir corriendo de un sitio a otro como un pato sin cabeza.
Me recuerda este pequeño cuento zen en que un aldeano ve pasar un hombre a caballo, a galope, y le pregunta a dónde se dirige con tanta prisa. A lo que el caballero responde: -No sé, pregúntale al caballo.
«Yamamoto»
Gracias por estas reflexiones y por acercarme a «Yamamoto»
Siempre disfruto entrando a tu espacio, esoliloquio; aunque no siempre deje mi huella.
Unos haikus para ti, amigo.
Viejo de versos,
eterno de saberes,
¡Amado libro!
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Y yo te leo
arañando perfiles
entre tu sílabas.
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Yo siempre quiero,
sentir la melodía
cerca del verso.
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Sombra nocturna
que sobre un pentagrama,
graba la vida
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Que dé calor
esta amistad sentida
entre los versos.
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El agua al aire
nos refresca la mente,
surgen poemas.
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Cuando te veo
luce la luz su arcoiris,
muchos tambores.
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Entre los pinos
alegres ruiseñores,
trinos del alma.
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De pura música
tornados en el aire,
hablan los versos.
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Es mi alegría
la tarde en vuestros versos.
¡Grandes Poetas!
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Llegar a tiempo
con versos relajados
¡Qué gran esfuerzo!
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En estrambote
resumes pensamientos,
crece el soneto.
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Que ya es de día
y el sol sobre tu espalda
te hace vivir.
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¡Canta cigarra!
que la música esconda
tristes nostalgias.
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Juana Corsina
Pues mil gracias.
Sé algo sobre la dificultad de escribir haikus y los tuyos me han gustado mucho. Para destacar sólo uno me quedaría con:
De pura música
tornados en el aire,
hablan los versos.
y especialmente con este «tornados en el aire». Me encanta.
Enhorabuena por estos haikus y te invito a volver a pensar las palabras de Buda que figuran al principio de la entrada.
Un abrazo, Juana